jueves, 24 de noviembre de 2011

Pirineos 2011 - parte 1

Durante las vacaciones de verano, Julia y yo pudimos disfrutar de unos días solos dejando a los niños con la familia, y decidimos ir a Pirineos a ver que podíamos hacer. Gracias a internet y a Desnivel, tenía desde hacía tiempo echado el ojo a una pared en la parte francesa, La Dent d'Orlu.
La pared está situada a unos 50 km al noreste de Andorra.


Llegamos a media tarde, y aparte de intentar adivinar por donde va la ruta debido a las dimensiones de la montaña, decidimos subir un rato por el camino de aproximación, para conocerlo un poco porque sube por un bosque muy tupido.

La idea es escalar una vía de unos 300 mts en la cara sureste para adaptarnos al tipo de roca, aseguramiento, horarios de referencia...., y al día siguiente hacer una de 900 mts.


A  las 6 en pie, para desayunar y llegar temprano a la pared. Tras 45 minutos de continua subida, llegamos al pie de vía, donde unos franceses están empezando la vía larga, "Les enfants de La Dalle".


En la foto se puede ver a la cordada rodeada con circulos rojos en el segundo largo. Nuestro objetivo es la punta que se ve a la izquierda, como a 300 mts sobre nuestras cabezas. El de ellos la punta central. Ya no los volvimos a ver hasta las 11:30 de la noche, y es que lo peor de esa vía es el largo y dificil de seguir sendero de bajada.

Nosotros comenzamos con nuestra vía, "Assurance Tout Spit", la número 6 según el croquis. 


La escalada en los primeros largos es en placa ligeramente tumbada con regletas.



Llega un momento que se pone vertical e incluso un poco desplomado. La vía sube esquivando los arbustos de la pared, y algunos de los techitos que la surcan.


Pero algunos los tienes que superar de frente.


Nos juntamos con la otra vía y hacemos dos largos más y llegamos a lo alto del hombro. Al llegar aquí decidimos que al día siguiente no ibamos a escalar la otra ruta, no porque fuera muy larga, ni muy dififcil, sino porque eran las 12 del mediodía y estábamos a 40º, una locura. Nos acordamos de los franceses y de como lo tenían que estar pasando.
Comenzamos a rapelar pensando en lo fresquita que estaba el agua del rio. Cuando llegamos a pie de vía, recogimos los bártulos y a caminar sudando bajo el sol, hasta que llegamos de nuevo al tupido bosque que nos refrescó algo.

Pero el placer fue al llegar a la furgo, una cerveza fría para celebrar la escalada, y unas cuantas más en el río mientras nos recuperábamos de una guapa actividad.

No hay comentarios: