miércoles, 21 de diciembre de 2011

Invierno 1992 o 1993

Corria el invierno del 92 o 93, no me acuerdo exactamente, pero si me acuerdo que fue un buen invierno, se hicieron muchas actividades en Las Cañadas, muchos corredores en El Teide, y se miraron con otros ojos las paredes del Circo de Las Cañadas. En parte se debió a las ganas de la gente de hacer cosas nuevas, ese gusanillo que nos pica de ves en cuando y nos pregunta ¿serás capaz de subir por allí?; pero sobre todo fue debido a que cayó una nevada especial, no por la cantidad, porque todos los montañeros hemos visto mejores nevadas en el Teide, sino por las carateristicas de la nevada, pues aparte de la nieve, hizo mucho viento y mucho frio en altura, por lo que todas las paredes del parque se cubrieron con una generosa capa de hielo, cosa que pocas veces suele suceder, y que no estábamos dispuestos a echar a perder.

Como era normal en aquella época, íbamos en grupo a escalar, a pesar de no tener móviles ni internet, nos las apañábamos para quedar en el mismo sitio para escalar con los colegas. Tampoco éramos tantos los que subíamos a hacer actividad, de modo que la carretera ni se cortaba ni había controles como hoy en día.


Topo y Roque de la Grieta, Pasajirón y Guajara helados

El niva de Javi y el Suzuki del Ruso

El capricho blanco

Con las herramientas bien afiladas y muchas ganas de hacer actividad, comenzamos a caminar por la pista de las 7 Cañadas hasta los Cachorros, donde nos separamos. Unos siguen para Guajara y Nene, Diego y yo nos quedamos allí, para escalar unas vías en mixto. Hicimos una de la placa y luego nos fuimos al diedro de más a la izquierda, Urrallu, IVº, de donde son las fotos de más abajo.


Los Pablos, Javi y Nene

Los Cachorros


En mitad del largo


Detalle


La vía al completo


Diego a pie de vía 

Como todavía era temprano y esas vías no habían sino despertado al animal "picahielo", nos fuimos hacia el Pasajirón, y subimos, creo que por una nueva vía. Dejamos la pista y subimos la ladera hasta llegar a los escalones de roca que sorteabamos algunos de frente y otros en travesía dependiendo del estado de la nieve o del hielo. De pronto nos envolvió la bruma y parecía que estábamos escalando en otro lugar. Aunque casi toda la ruta la hicimos sin encordamos, en algunos tramos más verticales y con la roca un poco más suelta si que nos aseguramos para evitar un posible susto.


Detalle de por donde subimos

Uno de los varios escalones que subimos

Diego en una pequeña travesía



En la bruma



Nene

De regreso


Este relato espero que sea un anticipo para que el invierno que está por llegar, traiga mucha nieve y buenas actividades en el Teide.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder Antonio!!, me cago en la leche. Que bueno!!!. que recuerdos.

Pues si, antes nevaba y nos tirabamos pa´Las Cañadas, ni carreteras cortadas, ni control de la Guardia Civil. Solo pendientes de que pasase el quitanieves para ir detrás con nuestros Nivas o como decia la guarderia del parque ahí están "los Lada color crema". Un día pones una entrada de como te "averié" el tuyo, ja,ja,ja,

Un abrazo

Javi

Anónimo dijo...

Buen blog.

Antonio COE dijo...

Gracias al anónimo.
Y a ti Javi, un día pondré una entrada con anécdotas históricas. Nos tenemos que sentar y redactar unas cuantas.

Anónimo dijo...

Que bueno, recuerdos pa las viejas generaciones y motivación pa las nuevas. Esperemos que sigan viniendo inviernos asi.

Antonio COE dijo...

Hey, que las viejas generaciones también necesitamos motivación, jejeje.

Anónimo dijo...

Creo que los buenos recuerdos son la mejor motivacion.
Te lo digo yo. Saludos