Al igual que el año pasado, y como preparación para la Maratón del Meridiano (yo este año no la corro) un grupo de amigos hicimos la marcha del Metra en un día. Aunque este año por razones técnicas tuvimos que hacer una "ligera" modificación del itinerario.
Para intentar no terminar muy tarde y cumplir con los requisitos de la marcha, osea parar en bares y guachinches, a las 7:00 estábamos en La Punta del Hidalgo comenzando a caminar, bajo amenaza de lluvia. No tardó mucho en cumplirse la amenaza, porque pasado el mirador que está junto al Roque de Los Dos Hermanos, comenzó un chirimiri que nos acompañó hasta Chinamada. Nos refugiamos un rato bajo el techado de la plaza, lo justo para comer algo de fruta y beber agua. De Chinamada toca un tramo de asfalto hasta Las Carboneras. Aquí probamos suerte en la bar que está al salir del pueblo, justo enfrente del desvío, pero la chica de la venta nos dijo que todavía tenía el bar cerrado, de modo que un poco fríos, seguimos rumbo a Taborno. Por suerte había dejado de llover.
Preparándonos | Mirador con la Punta de La Fajana detrás | Amaneciendo |
Comienza el aguita | Plaza de Chinamada | Roque de Taborno desde Carboneras |
El sendero que une Carboneras con Taborno estaba mojado y resbaladizo, pero vamos vacilando y con buen ritmo llegamos al bar "Historias para no dormir", nuestro primer avituallamiento serio del día, un tremendo barraquito y unos pedazos de tartas a cada cual más buena. Reponemos y al ir a salir, se pone a llover de nuevo. Y mojados llegamos a Afur, a casa de José Cañón, referente para todos los que gustamos de caminar por Anaga. Como siempre, un placer echar un buen rato bebiendo vino y oyendo historias. Pero no podemos estar todo el día, porque nos queda un día largo por delante, de modo que al tajo. Ahora toca en teoría la última gran subida del día hacia el collado de La Cumbrilla, para comenzar a bajar hacia Taganana.
Entre huertas | Haciendo carbón | "Historias para no dormir" |
Barraquito | Ocupamos toda la barra | Tarta |
Se me olvidaba decir que al salir de Carboneras, vimos una cosa que hacía años que no veía. Haciendo honor al nombre del pueblo, estaban haciendo carbón en una huerta. Recuerdo hace mucho años, que siempre que pasaba por la zona, habían no uno, sino muchos montones de tierra con las chimeneas echando humo, gente haciendo carbón con la leña de brezo, la mejor según los entendidos.
De nuevo la lluvia | En José Cañón | Va por ustedes |
La lluvia nos siguió acompañando casi hasta llegar a la Cumbrilla, desde donde disfrutamos de una vista privilegiada de Taganana, El Roque de Las Ánimas y toda la vertiente Norte de anaga. Sin darnos cuenta llegamos a la plaza del pueblo, y vemos que Casa Picar está cerrado, por lo que seguimos por la carretera pensando en los pulpitos en "El Mecha", en el Roque de Las Bodegas, que si estaba abierto y donde estuvimos dos horas comiendo, bebiendo, riendo y bebiendo.
Con una risita delatora, comenzamos la segunda parte de la jornada, pues más o menos el bar está situado en la mitad del camino. Llevamos 22 km en nuestras patas y todavía nos quedan otros tantos. Ahora toca un rato de carretera hasta llegar a Benijo, desde donde seguimos la pista hasta El Draguillo, un poco perjudicada tras las lluvias del invierno pasado. Precisamente en esta pista y sobre todo en Las Palmas de Anaga el año pasado nos cayó una manta de agua increible. Pero hoy el tiempo parece que quiere ayudarnos a terminar bien el sendero y empieza a aclarar y salir el sol.
Al llegar al Draguillo, termina la pista y comienza el sendero. Pasamos el pedregal del derrumbamiento y comenzamos la bajada a Las Palmas de Anaga, pero a uno de los compañeros le empieza molestar el gemelo izquierdo, y las bajadas se le hacen insufribles, por lo que toca cambio de estrategia. El tema es que tenemos los coches en Igueste de San Andrés, por lo que hay que ir a buscarlos. Decidimos que Julia y él retrocedan hasta Almáciga y nos esperen allí.
Saliendo de Afur | Casita ideal para desconectar | Flor |
Bicácaro | Vista hacia Afur y Taborno | Ahora hacia Taganana |
Un drago lustroso | Vino bien repartido | Quesito con mojo para abrir el apetito |
Y el pulpo para matar el hambre | Disfrutando | Nos ponemos de nuevo en ruta |
Con una risita delatora, comenzamos la segunda parte de la jornada, pues más o menos el bar está situado en la mitad del camino. Llevamos 22 km en nuestras patas y todavía nos quedan otros tantos. Ahora toca un rato de carretera hasta llegar a Benijo, desde donde seguimos la pista hasta El Draguillo, un poco perjudicada tras las lluvias del invierno pasado. Precisamente en esta pista y sobre todo en Las Palmas de Anaga el año pasado nos cayó una manta de agua increible. Pero hoy el tiempo parece que quiere ayudarnos a terminar bien el sendero y empieza a aclarar y salir el sol.
Cruce hacia el Draguillo | Inicio de la pista | Playa de Benijo |
Al llegar al Draguillo, termina la pista y comienza el sendero. Pasamos el pedregal del derrumbamiento y comenzamos la bajada a Las Palmas de Anaga, pero a uno de los compañeros le empieza molestar el gemelo izquierdo, y las bajadas se le hacen insufribles, por lo que toca cambio de estrategia. El tema es que tenemos los coches en Igueste de San Andrés, por lo que hay que ir a buscarlos. Decidimos que Julia y él retrocedan hasta Almáciga y nos esperen allí.
La pedrera | Comienza a atardecer | Las Palmas de Anaga y Los Roques |
El resto volveremos atrás y subiremos desde el Draguillo hasta la Cruz del Draguillo, Mirador de Cabezo del Tejo, la pista hasta la carretera, seguir ésta hasta el desvio del cementerio del Lomo de Las Bodegas, y de allí hacia Las Casillas, para bajar por el Lomo de la Zapata, hasta el pista asfaltada que nos lleva hasta Igueste de San Andrés. Por suerte no tuvimos que volver a Almáciga a buscarlos, porque una guagua salvadora los trajo hasta San Andrés y allí nos estaban esperando tomando un café.
En Cabezo del Tejo
En definitiva, una marcha del Metra con variante. Pero todo un lujo disfrutar de los montes de Anaga con un gran grupo de amigos con los que me reí todo lo que quise y más. Así da gusto salir al monte.